Los teclados mecánicos utilizan interruptores normalmente con un muelle de metal que, al pulsarlos, traslada la acción a la pantalla.
Aquellos que mantienen idéntica sensación desde el momento que se pulsan hasta que la tecla llega al fondo.
Ofrecen retroalimentación táctil al golpear el final del recorrido. Con estos teclados, notas un pequeño golpe que te ayuda a saber que has presionado bien la tecla.
Emiten un sonido al llegar al punto de actuación. Es decir que cuando el sistema reconoce la tecla pulsada, oirás una señal.